Técnica tradicional Sanchin (Entrada 2)

El maestro Kanei Uechi con 24 años de edad, en una famosa fotografía del año 1935 en el exterior del primer Dojo oficial abierto por su padre Kanbun Uechi en 1932 en la ciudad de Wakayama (al sur de Osaka), conocido como Tebira Dojo y nombrado como Pangainoon Ryu Karate Jutsu Kenkyujo, no sería hasta el año 1940 que al estilo se le nombrara como Uechi-Ryu.
Archivo Dojo Pobla / Foto escaneada y editada

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Enraizamiento

El arraigo físico y energético que se desarrolla a través de la práctica de Sanchin se manifiesta posteriormente en una estabilidad de movimientos. El arraigo es una de las características que han hecho de Uechi-Ryu un sistema superior de autodefensa. El poder y la estabilidad provienen de la perpendicularidad entre el eje de nuestro cuerpo con el suelo.
Cuando una persona ataca, la tierra respalda sus movimientos. Al hacerlo, concentra esa fuerza alineada y todas las partes de su estructura esquelética trabajan juntas e integradas.

FOTO 1. El movimiento en espiral que comienza en los tobillos pasa a la articulación de la rodilla, que es el siguiente elemento en el transporte de la fuerza hacia la cadera. Esto se logra colocando firmemente los pies sobre el suelo y girando ligeramente el fémur con un pequeño movimiento giratorio de las rodillas. Este movimiento gira y atraviesa la tibia y el peroné que son los huesos de la pantorrillas, generando una fuerza extremadamente grande. Cuando este giro de la rodilla se realiza correctamente, debido al movimiento giratorio de los tendones envuelven a los huesos y producen una gran fuerza de muelle. En esta posición, la tierra, la rodilla y la cadera forman una "línea de poder". En estos giros los movimientos son ligeros y suaves.





El centro de gravedad

En Sanchin se pretende mantener un equilibrio y una estabilidad perfectos en todos los movimientos. Para lograr una estabilidad óptima debemos mantener el centro de gravedad en la parte baja del cuerpo, en el área que se encuentra justo debajo del ombligo. El centro del cuerpo se encuentra aproximadamente en esta zona conocida como Tan Tien (Tanden). Al caminar en Sanchin, se ha de mantener la altura del cuerpo siempre igual, lo que nos permite mantener la energía en el Tan Tien.


Cuerpo alineado verticalmente

Otro de los principios de Sanchin consiste en mantener nuestro cuerpo alineado con la fuerza de la gravedad activando los canales descendientes que transitan por la parte central del cuerpo como si fuesen un eje central alrededor del cual pudiésemos movernos libre y fácilmente. La fuerza de la gravedad actúa sobre la estructura física ejerciendo una atracción hacia el suelo. Esta fuerza vertical nos alinea desde la cúspide de la cabeza hasta la planta de los pies, pasando por el perineo. En los movimientos mantendremos esa línea central de gravedad al avanzar, retroceder o girar.
La columna vertebral se compone de veinticuatro vértebras, además del sacro y el cóccix. Une la cabeza, los brazos y las piernas. El Ki debe pasar por la columna vertebral antes de circular por la cabeza. Por ello, la alineación de la columna es una parte esencial en la práctica de Sanchin.


FOTO 2. Cuando la columna está perfectamente alineada con la fuerza de la gravedad, esta se llena de poder y puede amplificar enormemente la fuerza que va de las piernas a los brazos. El punto T-11 está en la décima vértebra dorsal, la zona de los riñones y está considerado como una bomba que ayuda a impulsar la energía hacia la parte superior del cuerpo. El punto C-7 está en la séptima vértebra cervical y está considerada como el punto en el que se unen todos los tendones del cuerpo. El C-7 es también el punto de cruce de la columna vertebral con la línea de poder de las manos.



Abrir las articulaciones por medio de la rotación hacia dentro

Las articulaciones están relacionadas con los tendones. Son puentes o centros energéticos que pueden almacenar, generar y conducir Ki. A través de los movimientos de Sanchin se desarrollan estos centros abriendo las articulaciones y fortaleciendo los tendones. Cuando las articulaciones están llenas de Ki en toda su capacidad, el desarrollo interno hace que se comiencen a llenar los huesos. En primer lugar abrimos la articulación de la cadera y la ingle. Para ello mantenemos las rodillas sueltas sin permitir que se doblen demasiado, de esta manera fluye la energía hacia las piernas. En segundo lugar, abrimos las articulaciones de la columna. Cuando ésta se abre la energía fluye columna arriba y pasa a los brazos y las manos.
Todo ello lo realizamos en un solo movimiento, a la vez que reducimos la altura de nuestro cuerpo.

Integrar la estructura y hacer girar la fuerza

Por medio de la práctica de Sanchin puede transportarse la fuerza por nuestras piernas si somos capaces de realizar tres cosas al mismo tiempo. La primera, consiste en relajar nuestros pies para conectarlos con dicha fuerza. La segunda es girar el pie hacia dentro para crear un movimiento en espiral. La tercera es empujar las piernas hacia adentro y las rodillas hacia fuera (Foto 1).
Realizando estos tres actos en rápida sucesión, permitimos que la fuerza circule hacia arriba a la vez que está enraizado al suelo. Cuando esta fuerza llega a la cadera dejamos que continue hasta la columna y hacemos que transite por ella hasta la séptima vértebra cervical (Foto 2) que es la intersección de los brazos y el cuello. Posteriormente que la fuerza fluya hasta el brazo hundiendo ligeramente el pecho y retrayendo un poco el mentón. Esta combinación de movimientos se realiza al instante. Todas estas acciones, aparentemente inconexas, de giro y descarga, sólo funcionan si coordinamos todos los movimientos como si fueran uno solo, por lo que debemos adquirir cierta habilidad para movernos como si fuésemos "una sola pieza".

Distribuir, girar, alinear

Adquirimos mayor estabilidad cuando nuestro peso se distribuye uniformemente entre los nueve puntos del pie, que son: el talón, el borde exterior, la bola grande, la bola pequeña y los cinco dedos. En Sanchin tenemos mucho cuidado de colocar estos nueve puntos en contacto uniforme con el suelo cada vez que damos un paso o apoyamos nuestro peso en uno de los pies. El desplazamiento de los pies se realiza suavemente y de forma circular para evitar en lo posible fugas de energía. A l presionar adecuadamente las plantas de los pies y girar suavemente los tobillos, ayudamos a transferir nuestro peso hacia el suelo. Esta rotación transforma la energía corporal en fuerza que puede ser transportada por la pierna hacia la columna vertebral, sumándose a la propia energía interna. El proceso de transferencia de la fuerza corporal y el Ki hacia el suelo y de éste hacia el tronco y los brazos comienza en las articulaciones de los tobillos.
En Sanchin, las posiciones de la cadera y el sacro son muy importantes. Cuando giramos suavemente las rodillas, las articulaciones de la cadera se abren y los tendones de la ingle adquieren firmeza. Esto permite transferir  la fuerza de las piernas hacia el tronco. Cuando sentimos que nuestros pies se apoyan con más firmeza en el suelo, es que hemos alineado el sacro con nuestras piernas. Se establece una línea de poder que va de los pies a la ingle, el sacro y que asciende por la columna. El sacro es también una bomba que ayuda a ascender el Ki por la espina dorsal.
La apertura de la ingle depende en gran medida de la relajación de los músculos psoas. Dado que estos músculos unen vértebras inferiores con la zona de las ingles y la articulación de la cadera, son de gran importancia como unión entre las piernas y la columna vertebral. Los músculos psoas también están íntimamente relacionados con los músculos dorsales que van de la parte superior de la columna hasta el húmero y los hombros. Por todo ello, los psoas forman un puente importante entre las partes superior e inferior del cuerpo. Si están relajados y flexibles, la fuerza de las piernas podrá fluir ininterrumpidamente.

Activar la cintura

El Tanden se encuentra en la parte inferior del área abdominal, que es donde se almacena y se activa el Ki. Al desarrollar esa parte, el Ki se extiende hacia los riñones, el hígado, el bazo, los intestinos delgado y grueso y el centro sexual. Esta expansión interna se manifiesta hacia el exterior formando "un cinturón de Ki", que es como una faja colocada alrededor de la cintura. Este cinturón de energía actúa como puente que une las partes superior e inferior de tronco. Si este cinturón no se desarrolla adecuadamente, los pies, las piernas y la cadera no tendrán ninguna conexión con la parte superior del cuerpo y por tanto carecerá de control y fuerza. Los músculos psoas se encuentran cerca cerca de los riñones y cuando éstos están relajados y flexibles, la energía fluye libremente entre los riñones, la columna y el corazón. Los músculos psoas también se relacionan estrechamente con el diafragma. Si son flexibles, nos permiten respirar más profundamente.

Hundir el pecho, los hombros y curvar los omóplatos

Los brazos se unen al cuerpo por medio de la clavícula, que se encuentra al frente, y los omóplatos, que están en la espalda. Varios grupos de músculos, tendones, ligamentos y tejidos conjuntivos mantienen a esos huesos en su lugar y permiten que se muevan libremente. El punto de contacto entre el brazo y la espalda es la articulación del omóplato y de húmero.
Los omóplatos se unen a la espalda en una forma estructuralmente alineada cuando tiramos de ellos hacia delante y al mismo tiempo hundimos los hombros y el externón. En la práctica de Sanchin aprendemos a curvar los omóplatos y a bajar los hombros y el pecho. El hundimiento del pecho se logra exhalando un poco, relajando los músculos del pecho y dejando que el externón se baje. Al hundir el externón, los omóplatos se mueven lateralmente y hacia el frente. La parte inferior de los omóplatos que se encuentran distanciados se acercan y salen hacia fuera pasando de un estado bidimensional a uno trideminsional.

Alumnos de Dojo Pobla ejecutando el Kata Sanchin



Lo exterior y lo interior

En la práctica de Sanchin cada movimiento se convierte en una expresión de la mente, el cuerpo y el espíritu actuando como una unidad. 
Generalmente empleamos una combinación de músculos, tendones y huesos para movernos, pero hacemos poco énfasis consciente en el uso de nuestro Ki. En la práctica de Sanchin la situación se invierte por completo. El hecho de adquirir cada vez más consciencia de la fuerza vital, nos permite sentir claramente la circulación de la energía en las extremidades y en el tronco. Una de las reglas de la circulación energética afirma que cuando más relajados estamos, más fácilmente se realizará la circulación de la energía. El primer reto para el practicante de Sanchin consiste en relajarse al máximo en cada movimiento y sentir una fuerza interna que permita que la energía circule tan rápido como sea posible.
El siguiente nivel de perfeccionamiento consiste en hacer que los movimientos surjan con fuerza vital y no de la concentración mecánica de los músculos, huesos y tendones. La fuerza vital circula por el cuerpo a través de los meridianos, por tanto, el requisito previo para incorporarla a nuestros movimientos es abrir los canales. La práctica continuada de Sanchin, permite que la fuerza vital fortalezca nuestros movimientos, logra que el Ki circule con fluidez y esto, a su vez, permitirá que nos movamos suave y continuamente, sin vacilaciones rítmicas bruscas.
La capacidad de hacer circular la energía no es simplemente una aptitud mecánica, la mente desempeña una función primordial. Si no somos capaces de concentrar nuestra mente en un solo punto, la fuerza que tratamos de descargar se disipará en diferentes grados. Por tanto al practicar Sanchin hemos de integrar mente, cuerpo y espíritu en un solo elemento.

Sanchin como proceso transformador en la práctica del Karate

A través de la técnica de Sanchin, la fuerza en la práctica de Karate decrece en favor de un aumento de la conciencia. En este desarrollo se distinguen tres etapas. La primera etapa se caracteriza por el uso de la fuerza externa y segmentada, originada por el impulso del movimiento. En la segunda estapa esta fuerza se convierte en fuerza interna e integrada al transformarse en un movimiento uniforme y sin fuerza. En la tercera etapa se abandona totalmente el uso de la fuerza y se controla al adversario por medio de la consciencia. Implica la completa subordinación del sistema neuromuscular al sistema neurosensioral.

Satoru Shinki, Osaka Shubukai Dojo / Gassyuku 2001

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© International Uechi-Ryu Karate-Do ShubuKai 
© 2005, Editorial Alas. El Budoka N.º 347. Año XXXIII
© 2005, Paquita Ferrer García.

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